Existe un contado número de destinos vacacionales que sólo pueden calificarse de perfectos. La Polinesia Francesa es uno de ellos y Tahití uno de los enclaves más recomendables para hacer un viaje inolvidable. Aunque Bora Bora acapara gran parte de la atención de los turistas y visitantes, mientras Tahití es utilizada de escala o como punto de entrada y salida al «ultramar francés», tanto en sus costas como en el interior, la isla de Tahití cuenta con tantos tesoros ocultos y atractivos de los que disfrutar como el más abigarrado de los paraísos.

¿Dónde está Tahití?

Tahití es la isla más grande de la Polinesia Francesa. Pertenece al conjunto de las Islas de la Sociedad y está ubicada en el segmento del archipiélago, en el Océano Pacífico. A pesar de tratarse de una isla, tanto a Tahití como al resto de las islas del archipiélago se las considera pertenecientes a Oceanía desde el punto de vista continental. Geográficamente se encuentran a medio camino entre Oceanía y América del Sur y políticamente corresponden a los territorios ultramarinos de Francia.

Papeete, parada obligatoria en tu viaje a Tahití

Sin duda, tu viaje a Tahití debe incluir una parada en Papeete. Es la única ciudad concebida como tal en toda la Polinesia y te garantizará acceder a muchas de las comodidades que esperas encontrar, más allá de las playas solitarias, los islotes paradisíacos o los frondosos valles del interior de la isla. Allí tienes la opción de visitar el mercado de Papeete, uno de los centros de actividad comercial de Tahití, donde se abastecen muchos lugareños de frutas, verduras y pescado fresco. Y también turistas, a la caza de souvenirs.

Otro mercado, el de las Perlas, te ayudará a entender toda la cultura que los tahitianos han desarrollado en torno a su cultivo, cuidado, extracción y comercio. Si quieres ahondar más en este mundo podrás visitar el Museo de la Perla de Robert Wan.

Además de las playas – todas ellas de una belleza prácticamente irreal – podrás aprender de las antiguas tradiciones de los pueblos tahitianos si te desplazas al interior de la isla de Tahití. Allí podrás ver cómo es un marae o punto central de las celebraciones religiosas y sociales de la tradición tahitiana. El Marae Arahurahu es de los mejor conservados y te lo recomendamos.

Las playas de Tahití

«Tahití» y «playas» son prácticamente sinónimos. En la isla encontrarás playas de todos los tipos y con distintas características: arenosas, rocosas, de tonos oscuros o de fino polvo de arena blanca. Si lo deseas puedes relajarte en cualquiera de ellas e incluso aprovechar las increíbles condiciones de la isla de Tahití para practicar surf. De hecho, la ola de Teahupoo es prácticamente un motivo de peregrinación para los surfistas. Algunos de ellos viajan a Tahití sólo para «cabalgarla», ya que lo consideran uno de los lugares en los que nació esta práctica.