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¿Crees que existe el país perfecto? Viajar a Bután te hará poner este destino de viaje en la lista, como candidato. Imagina un país que no había recibido ni un solo turista hasta el año 1974. Que no mide su progreso basándose en el producto interior bruto sino por el grado de felicidad de sus habitantes. Imagina un lugar donde la televisión emite desde hace poco más de 20 años. Imagina la única capital del mundo donde no existen semáforos.

Si puedes hacerte con esta imagen mental ya has... dado el primer paso de tu viaje a Bután, la Suiza de Asia. Se trata del país del progreso sin prisas. El más tranquilo y el más feliz del mundo y al que Destinos Asiáticos te lleva ofreciéndote varias posibilidades diferentes de viaje, en consonancia con tus gustos y presupuestos.

Viajar a Bután no es disfrutar de unas vacaciones como las demás. Es adentrarse en una tierra recóndita que ha sabido mantener vivas sus tradiciones y sus costumbres. Que sabe ser feliz, que enseña al turista otro modo de afrontar el día a día. Pone a su disposición increíbles paisajes de postal, empezando por la imponente cordillera que la rodea. El majestuoso Himalaya nos recibe y vigila cada paso que damos en este pequeño reino, que hace frontera con China y la India.

¿Cuánto cuesta viajar a Bután? El dinero no será un problema

Los viajes a Bután están pensados para el turista profundamente espiritual o devoto. Los monasterios son una constante en el país. ¿Y para quien desea otro tipo de experiencia? También existen innumerables alternativas. Aterrizará en un aeropuerto a 2.200 metros de altura y practicará ciclismo de montaña junto al techo del mundo. ¿Se puede pedir más?

Senderismo por antiguos corredores comerciales transformados en rutas de ensueño, rafting o kayak en ríos cristalinos. Todo en parajes increíbles que parecen pintados directamente por la divinidad. Existe un viaje para cada bolsillo. No dudes en consultarnos, para configurar el paquete de viaje organizado a Bután que mejor se adapte a tu presupuesto.

Viajar a Bután en agosto es una de las opciones que más gustan, pero ni mucho menos la única. No hay por qué descartar otros meses para hacerlo. De hecho, Destinos Asiáticos prepara con minuciosidad tu paquete de experiencias en Bután durante todo el año. Elige lo que mejor te convenga.

Un consejo para viajar a Bután: prepara tu mente para lo increíble

Aparte de ese slow life del que presume Bután y envidian muchas otras naciones del mundo, el país seduce al visitante demostrando un enorme apego a su identidad cultural. El profundo respeto hacia sus raíces se refleja en los múltiples monumentos de la arquitectura Dzong, enormes monasterios como enorme es la devoción que se vive en estas tierras.

El butanés luce todo el año el traje oficial de su tierra: el Gho y la Kira. Otro reflejo de la gran proximidad que sienten los habitantes de este pequeño reino hacia sus costumbres. En Destinos Asiáticos ofrecemos la oportunidad de disfrutarlo en primera persona, palpando la amabilidad del habitante de este pequeño paraíso y dando a conocer su modo de vida, que aún se guía por los mismos cauces de antaño.

De hecho, en la Escuela de Artes y Oficios los estudiantes siguen formándose hoy en día en pintura, carpintería, escultura, herrería, fundición, trabajos de bambú, bordado, cuero o albañilería, todos esenciales en su sereno modo de afrontar la existencia.

El ascenso al Nido del Tigre, una subida a los cielos

Los estudiantes no solo se forman, sino que también ofrecen al visitante sus creaciones en forma de souvenir, aunque lo más importante que un visitante se trae de Bután son experiencias de ensueño. Subir la colina que nos lleva al Nido del Tigre es una de ellas. Se trata de uno de los grandes referentes espirituales de esta tierra. Un majestuoso monasterio situado a 3.000 metros de altura al que llegaremos a pie, sin prisa y disfrutando. Esconde una preciosa leyenda que nos narrará nuestro guía.

Destinos Asiáticos también te ofrece la posibilidad de disfrutar de Bután al completo un precio muy competitivo. El viajero aterriza en Delhi, desde donde se traslada a Timbu, la capital del reino butanés. A medida que pasen los días irá descubriendo otros lugares interesantes como Punakha, que fue capital de Bután durante 270 años, hasta 1907; o Paro con su monasterio Rinpung Dzong construido en el siglo X, que el turista no se puede perder cuando viaja con nosotros.

Un reino comprometido con la sostenibilidad

Algo en tu viaje a Bután no te pasará desapercibido: el extraordinario respeto que esta tierra siente hacia el medio ambiente. Sus ríos parecen sacados de un cuento. Transparentes, limpios, llenos de vida. La naturaleza en su medida exacta, casi como un adorno puesto expresamente para ser admirado.

El gobierno, en sintonía con esta filosofía, también legisla a favor del respeto. Entre otras medidas prohíbe utilizar bolsas de plástico en el comercio. Lo vivirás en primera persona cuando pasees y compres en los mismos mercados en los que se aprovisionan los butaneses.