Museo de Arte Adachi: Donde el jardín es también pintura.

24/04/2025

Un rincón sereno en Shimane donde el arte y la naturaleza se funden en silencio

 

Llegué a Yasugi una mañana tranquila de principios de otoño, cuando la luz del sol caía oblicua sobre los árboles, aún verdes, y el paisaje conservaba esa quietud templada de las estaciones en tránsito. El aire era fresco, lo justo como para llevar una chaqueta ligera. Había oído hablar del Museo de Arte Adachi, claro —ese lugar casi mítico donde el arte no termina en los muros—, pero nada me preparó para la delicadeza con la que se entrelazan allí el pincel y el paisaje.

El trayecto desde la estación JR Yasugi hasta el museo, a bordo del autobús, ya adelanta algo: el ritmo aquí es otro. Más pausado, casi meditativo. El camino se desliza entre colinas suaves, arrozales maduros y casitas de madera que parecen olvidadas del tiempo. Veinte minutos después, al bajar frente al museo, sentí que estaba entrando en un lugar que no solo exhibe belleza, sino que la respira.

Desde el primer paso, todo en el Museo Adachi está pensado como una composición. Fundado por Zenko Adachi, empresario y amante del arte, el museo fue concebido con una idea simple pero radical: “un jardín es también una pintura”. Esa visión, casi zen, lo atraviesa todo. La arquitectura moderna, de líneas limpias, sirve como marco para lo que verdaderamente importa: la relación entre arte y naturaleza.

 

La colección de Yokoyama Taikan

 

Recorrí primero las salas interiores. Son sobrias, silenciosas, casi sagradas. Ahí cuelgan más de 120 obras de Yokoyama Taikan, el gran maestro del Nihonga, ese estilo pictórico japonés que funde tradición y modernidad con sutileza milimétrica. Frente a Hojas de otoño, quizás su obra más célebre, me detuve largo rato. El bermellón vibrante de las hojas y la composición audaz de la escena no solo impresionan por su belleza, sino por su fuerza contenida. Hay algo en esa pintura que parece hablar en voz baja, pero con autoridad.

 

 

 

Jardines que se miran como cuadros

 

Pero lo que hace único al Museo Adachi no está solo en sus paredes. Lo verdaderamente extraordinario está fuera… o mejor dicho, más allá del cristal.

Cada ventanal del museo se convierte en un marco que revela un jardín distinto. No hay senderos para recorrerlos: se contemplan como pinturas vivas. Es el uso del shakkei, el arte de “tomar prestado el paisaje”, lo que les da profundidad. Las colinas lejanas, los pinos centenarios, las rocas dispuestas con una precisión que no busca la perfección, sino el equilibrio, todo coopera en una escena que cambia con la luz y las estaciones.

 

 

El jardín paisajístico seco, con su mar de grava rastrillada y montículos cubiertos de musgo, transmite una calma difícil de explicar. Más allá, el jardín de pinos verdes sobre arena blanca se abre en una composición minimalista, donde el vacío importa tanto como lo que se ve. Cada elemento parece colocado no para impresionar, sino para ser observado con atención.

 

 

 

Té, café y contemplación

 

Hice una pausa en la Casa de Té Juraku-An. Me sirvieron matcha caliente, preparado en una tetera de oro puro. Desde allí, a través de dos ventanas talladas como si fueran pergaminos colgantes, el jardín se revelaba distinto. Menos escenográfico, más íntimo. Fue uno de esos momentos en que el tiempo se suspende.

 

 

Después, pasé por las cafeterías. En el Café Midori, el aroma del café y el dulzor de una tarta de castañas se mezclaban con la vista al jardín seco. En el Café Taikan, rodeado de estanques y bambú, la sencillez del curry servido en vajilla de cerámica artesanal recordaba que en Japón, hasta lo cotidiano puede ser arte.

 

 

Antes de marcharme, volví a mirar por última vez hacia uno de los jardines. Me pareció que respiraba. No era un adorno, ni un decorado: era parte del museo tanto como los cuadros de Taikan. Zenko Adachi tenía razón —aquí, el jardín es también pintura.

 

 

Salí en silencio, con la sensación de haber visitado no solo un museo, sino una idea. Una forma de mirar. Una invitación a detenerse.

 

Cómo llegar

 

Llegar al Museo de Arte Adachi es sencillo desde la estación JR Yasugi, gracias a un autobús gratuito que parte cada 25 minutos entre las 08:50 y las 16:25. El trayecto dura unos 20 minutos, y conviene reservar con antelación la hora del viaje de regreso en el propio mostrador del museo.

Se recomienda dejar el equipaje voluminoso en la consigna de la estación, para disfrutar de la visita con más libertad.

 

 

 

Información práctica

 

Museo de Arte Adachi
📍 320 Furukawacho, Yasugi, Shimane 692-0064, Japón
📞 +81 854-28-7111
🕒 Abierto todo el año.
Abril–septiembre: 09:00–17:30
Octubre–marzo: 09:00–17:00
🎫 Entrada: 2.500 yenes (adultos)
Descuento de 100 yenes para visitantes internacionales con pasaporte. (Precios sujetos a cambios sin previo aviso).

 

Un viaje de autor al corazón del Japón más contemplativo

 

Este verano, si buscas una experiencia más allá de las rutas habituales, el viaje de autor a los festivales de Tohoku con Marc Morte es una oportunidad única para descubrir otro Japón: el de los rituales, el arte y la belleza cotidiana. El Museo de Arte Adachi es solo uno de los tesoros que aguardan en esta ruta cuidadosamente diseñada por Destinos Asiáticos.

Soy originario de Japón, pero mi corazón encontró su hogar en España en 1972, cuando llegué por primera vez como mochilero. Dos años después, decidí establecerme y desde entonces mi pasión por los viajes no ha dejado de crecer. En 1990, fundé Frontia S.A. (Agencia de viajes CICMA 492), y en 2004, lancé Destinos Asiáticos, una marca dedicada a viajes especializados en Asia. Mi objetivo siempre ha sido compartir con otros viajeros las maravillas y sorpresas que descubrí en este continente. Me considero un enamorado de Asia. Viví en Japón hasta los 24 años y en Vietnam durante 8 años. Además, he recorrido muchos países de Asia, incluyendo: Corea del Sur, Camboya, Laos, Tailandia, Myanmar, Malasia, Indonesia, Singapur, Hong Kong, Bangladesh, Sri Lanka, India, Nepal y Bután. Si compartes mi pasión por los viajes y la exploración de nuevas culturas, estoy aquí para ayudarte a descubrir los tesoros de Asia, guiándote con mi experiencia y conocimientos adquiridos a lo largo de años de aventuras. ¡Hablemos para hacer realidad tu próximo viaje inolvidable!
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