Iniciamos una interesante colaboraciรณn con Cine Asia que a partir de hoy nos traerรกn cada jueves una recomendaciรณn de cine asiรกtico, un terreno en el que son especialistas, ya que desde hace aรฑos se dedican a promover el cine que llega de Oriente en nuestro paรญs a travรฉs de distintas actividades. Ademรกs son asesores en materia cinematogrรกfica de Casa Asia. Esperamos aprender mucho y seguir al pie de la letras sus recomendaciones. El encargado de inaugurar esta secciรณn es Eduard Terrades Vicens con la recomendaciรณn de la pelรญcula filipina, Lola.
Aรฑo: 2009 Paรญs: Filipinas, Director: Brillante Mendoza, Duraciรณn: 110 minutos, Gรฉnero: Docudrama, Intรฉrpretes: Anita Linda, Rustica Carpio, Tanya Gomez, Ketchup Eusebio.
Introducirse en la cinematografรญa filipina requiere de cierta valentรญa, no tanto por la dificultad de encontrar cierto material fรญlmico procedente de este paรญs insular situado al sudeste asiรกtico, sino mรกs bien para encajar ciertas temรกticas recurrentes en su nada deleznable industria del Sรฉptimo Arte, que se reproducen de pelรญcula en pelรญcula como testimonio historiogrรกfico y sociolรณgico: las miserias de una clase baja que en muchos casos sobrevive en chabolas apiladas, esa seguridad nacional que arremete contra el mรกs dรฉbil, esos รญndices de criminalidad preocupantes, una clase media que lucha para no bajar de peldaรฑo y, en definitiva, un modelo de estado cuestionable.
Esa podredumbre corrupta tiene buena parte de culpa, pero tambiรฉn esa frรกgil desintegraciรณn de una sociedad que ha padecido histรณricamente en sus propias carnes altercados civiles de variada รญndole polรญtica (fruto de una mala interpretaciรณn de la Constituciรณn), y que ha terminado por provocar un abandono de esos sentimientos patrios, esa identidad nacional arrinconada por los problemas reales que preocupan a la poblaciรณn.
Una visiรณn un tanto derrotista que se aleja de ese aroma paradisรญaco que a veces se ha intentado vender de Filipinas. Y es que en muchos casos, estas pelรญculas de rabiosa actualidad cubren de negro las pantallas de nuestros televisores con amargas historias contestatarias (Engkwentro de Pepe Diokno es un buen ejemplo), vรญctimas de un sistema que se niega a aceptarlas y que su รบnica salida comercial parecen ser los paรญses europeos.
Este podrรญa ser el caso de un filme tan singular como Lola, en el que se resume de forma acertada todas las problemรกticas expuestas en anterioridad en poco menos de dos horas de metraje.
No por casualidad su director es el respetable Brillante Mendoza, apreciado en ciertos cรญrculos crรญticos y que merecerรญa ser descubierto por ese pรบblico que devora cine de autor sin contemplaciones. Nadie mejor que รฉl para explicar toda esa โbasuraโ que a simple vista ahoga a su paรญs, azotando pasiblemente a una buena parte de sus conciudadanos.
Algunos podrรญan pensar que, al haber sido Filipinas una colonia espaรฑola, el tรญtulo del filme responde al nombre de la sufridora protagonista. Lo cierto es que Lola significa abuela en tagalo, un idioma โaustronesioโ mayoritariamente hablado en la zona de Manila, a pesar de que el paรญs alberga mรกs de 170 lenguas y dialectos (incluido el chabacano, una lengua criolla de procedencia espaรฑola y que si se visiona el filme en versiรณn original puede apreciarse en segรบn quรฉ expresiones, fonรฉticamente pronunciadas a similitud del castellano).
Asรญ pues ya tenemos delimitado el segmento generacional de dos de los personajes principales que aparecen en la funciรณn, por mucho que las generaciones jรณvenes tambiรฉn tengan algo que aportar en este simposio fรญlmico dedicado a todas esas personas de la tercera edad que luchan por sobrevivir en un ambiente de decadencia moral y pobreza generalizada. Resulta complicado describir con adjetivos precisos lo que deberรญa significar esta tragedia en fotogramas para nuestras inquietudes cinรฉfilas.
De entrada es una buena oportunidad para inmiscuirse dentro de la vasta e invisible cinematografรญa filipina de una vez por todas, pero tambiรฉn es la mejor manera para que nos interesemos por un emergente paรญs asiรกtico, tristemente olvidado cuando se tiende a elogiar esas filmografรญas perifรฉricas que se pasean por los distintos festivales especializados a lo largo del aรฑo.
Lola es incisiva en su recurrente obsesiรณn testimonial; estรก elegantemente filmada a pesar de soportar en muchas secuencias esa cรกmara en mano ligeramente mareante (que nos acerca a la realidad de las calles filipinas como si nos estuviรฉsemos paseando en ellas); y por sorprendente que parezca, emana la sensaciรณn de espontaneidad gracias a sus actrices, que con majestuosas interpretaciones remarcan ese dramatismo que promueve la trama.
Y es que en realidad, el secreto del รฉxito crรญtico de Lola es la mera inscripciรณn en el gรฉnero del docudrama a partir de la historia de dos abuelitas que deben entenderse para evitar que el nieto de una de ellas sea condenado a prisiรณn por haber asesinado al nieto de la otra. El sacrificio econรณmico de una de ellas para poder pagar un funeral digno, contrastarรก con la lucha moral que afronta la otra sola para intentar aceptar el crimen que ha cometido su nieto.
Un filme radical y dramรกtico, como muchas propuestas de este brillante cineasta pino y obsesionado con los temas que recrea en sus filmes, y que en esta ocasiรณn se acerca al demogrรกfico de la tercera edad desde las miserias que esconden los callejones de Manila. Una capital filipina que como decimos no esconde su putrefacciรณn, pero que aguarda momentos de extraรฑa belleza hipnรณtica: la triste secuencia en la que se traslada el fรฉretro en una pequeรฑa balsa por las callejuelas convertidas en canales por las intensas lluvias torrenciales es una muestra de ello. Mendoza sabe cรณmo persuadirnos con su cรกmara, acercรกndose al cinema veritรฉ con ficciones tan bien orquestadas como รฉsta, tal vez su mejor propuesta de su dilatada trayectoria (muy superior si cabe a su polรฉmica Kinatay).
Lola deberรญa encandilar a los que ansรญan encontrar alguna cinematografรญa virgen con las que dejarse instruir. A los demรกs, serรญa un error perdรฉrsela, ya que el coraje que emana de las dos protagonistas deberรญa contagiรกrseles como sensibilizaciรณn hacia una repรบblica presidencialista, que no estriba en oportunismos electoralistas, y que se atreve a dejar en la estacada a dos โlolasโ a las que (e igual que a muchas mujeres mayores filipinas) se les priva de sus aรฑos de jubilaciรณn.
Al menos se harรก un poco de justicia si a travรฉs de este excelente largometraje se dan a conocer estas miserables situaciones que afronta la sociedad filipina con resignaciรณn. Un filme necesario pues, desde un punto de vista humanista, y que deberรญa servir para seguir luchando para que esos derechos fundamentales no se los lleve el viento.
LO MEJOR: Todo. Perfecta de principio a fin: bien narrada, bien compuesta, milimรฉtricamente equilibrada y documentalmente fascinante. LO PEOR: Que no le dieran el Leรณn de Oro en Venecia, aunque por suerte se llevรณ tres premios en nuestro Festival de Las Palmas (mejor actriz ex aequo, mejor fotografรญa y mejor director).