La ciudad de Nagoya, en Japón, constituye junto con Tokio y Kyoto el corazón de las actividades económicas del País del Sol Naciente. Con más de dos millones de habitantes, está situada a 366 kilómetros al sudoeste de Tokio y a dos horas en tren en el expreso de Shinkansen. La ciudad es el epicentro de muchas industrias como la cerámica, la de tejidos, relojes, máquinas de coser, bicicletas o maderas. Eso por no hablar de la industria pesada que tiene su sede aquí, donde se fabrican barcos, coches o productos químicos.
Pero además, Nagoya puede ser un destino interesante para el viajero. El Castillo de Nagoya es famoso por su torre de cinco pisos y su pareja de delfines dorados. Este castillo fue uno de los centros de poder más importantes durante el Periodo Edo. Buena parte del mismo fue destruida por los bombardeos de la II Guerra Mundial, aunque poco a poco se consiguió restaurar, acabando los trabajos en 1959.
El Santuario Atsuta es muy célebre por ser el lugar de custodia de la Espada de Segar Hierba, uno de los tres tesoros de la Casa Imperial. Es un templo muy visitado tanto por viajeros como por los propios japoneses debido a lo importante que ha sido en la Historia Nipona. También fue destruido durante la Gran Guerra, pero gracias al apoyo de distintos benefactores, se pudo restaurar.
Otra parada interesante es la del Museo de las Artes de Tokugawa, el cual contiene cerca de 7.000 objetos arqueológicos e históricos de artesanía, espadas y trajes Noh pertenecientes a señores feudales.
Eso sin olvidarnos del Parque Higashiyama con sus impresionantes jardines botánicos y un zoológico que hará las delicias de los amantes de los animales.
Pero también se pueden visitar: La torre de televisión, la hermosa fábrica de porcelana de Noritake y las galerías de compras que existen debajo de la estación central de Nagoya: ¡Una ciudad sorprendente que fascinará a los trotamundos más experimentados!