Ueno es uno de los lugares más fascinantes que se pueden visitar en un viaje a la capital de Japón. Fue el primer parque público de Tokio (declarado como tal en 1873, en el lugar en el que se celebró la batalla de Ueno) y es un lugar muy hermoso y rodeado de muchísimos puntos de interés para el viajero.
Este parque está rodeado de importantes museos como el Museo Nacional de Tokio -imprescindible para conocer mejor la cultura nipona-, el Museo Nacional de Arte Occidental o el fascinante Museo Nacional de Ciencia de Japón, lugar este especialmente recomendable si se viaja con niños, ya que además de muy divertido es una visita de lo más didáctica.
Ueno está salpicado de templos y zonas ajardinadas en las que destaca el gran estanque que alberga. La pagoda de cinco plantas del siglo XVII que se puede contemplar se conserva casi como el primer día, así como el santuario Tosho-gu.
También son muy hermosas las numerosas estatuas que el paseante se va encontrando por sus caminos, entre las que destaca la dedicada a Takamori Saigo. En la zona sur del estanque, podemos ver una reproducción de las calles típicas del lugar antes de que fueran arrasadas por el terremoto de Kanto en el año 1923. Pero esto no es todo: el inmenso parque guarda un Zoológico para completar la visita.
La entrada al parque es gratuita y resulta fundamental si se quiere ver cómo se relajan y disfrutas los habitantes de la capital japonesa, que acuden aquí para alejarse un poco del bullicio de la megalópolis.
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