Situado en el Parque Nacional Towada-Hachimantai, entre las prefecturas de Aomori y Akita, el lago Towada es una de las grandes maravillas naturales de Japón.
De aguas profundas y límpidas, el color azul brillante de sus aguas es debido a la gran profundidad que tiene, lo que le da un aspecto imponente y precioso.
Es un lago típicamente volcánico, tan conocido por sus dimensiones como por los hermosos bosques que lo rodean y la longitud de los ríos que lo nutren.
Navegable en barco desde principios de abril hasta finales de año, la mejor época para visitarlo es a finales de octubre, cuando los colores del otoño están en su máximo esplendor, especialmente alrededor de la Corriente Oirase, uno de los más famosos puntos de color del otoño en Japón.
Los acantilados de la parte central y los caprichosos islotes cubiertos de pinos que salpican el lago conforman un paisaje de ensueño que nos deja estampas increíblemente coloridas.
A esto se le suman los picos volcánicos de Hakkoda, otro de los reclamos de este lugar, con sus manantiales de aguas termales y las numerosas cascadas casi verticales que desembocan en algunos de ellos.
Aquí también podemos encontrar la Estatua de las Doncellas, creada por el escultor y poeta Takamura Kotaro. Se dice que la creó para honrar la memoria de su esposa, que padeció de esquizofrenia y murió trágicamente joven.
Toda esta combinación y su rico colorido hacen que el lago tenga un gran atractivo turístico en todas las estaciones del año.