En la provincia al norte de China de Heilongjiang, en la ciudad de Harbin, tiene lugar desde hace más de cinco décadas un festival en el que los mayores artistas escultores muestran lo mejor de sus habilidades creando una auténtica ciudad de hielo de lo más impresionante.
Los escultores empiezan a llegar a primeros de enero para que el día 5 (en la inauguración) ya estén preparadas las primeras muestras de su obra, que durarán hasta finales de febrero, cuando las temperaturas empiezan a subir y el hielo se derrite.
La zona en la que se encuentra, bajo el duro nordeste siberiano, proporciona el clima perfecto para que el hielo pueda trabajarse con todo tipo de herramientas: desde picos y sierras mecánicas hasta palas o rascadores. Incluso, en los últimos años, hay gente que está empezando a utilizar modernos láser con los que cortar y modelar el hielo.
Y es que aquí la temperatura promedio es de -16º C bajo cero en invierno aunque se puede llegar a padecer temperaturas de hasta -38ºC bajo cero. Es uno de los festivales más turísticos de las regiones nórdicas de China.
La muestra de faroles de hielo del festival son también muy famosas. Es uno de los festivales más célebres del planeta junto al Festival de la nieve de Sapporo, en Japón, el Carnaval de Quebec (Canadá) y el Festival de esquí de Noruega.
Especialmente recomendable es observar de noche las inmensas esculturas y edificios debido a que se engalanan con multitud de luces de colores que brillan en la inmensidad de la noche.
Como vemos, China es mucho más que los tradicionales monumentos que todos conocemos y posee festivales y rincones llenos de encanto en los que vivir la magia de estar inmerso en un enorme palacio de hielo.