El ginseng de Chambai está considerado como uno de los mejores de toda China y ha sido usado en medicina tradicional durante milenios. Ya se habla de sus impresionantes propiedades en la primera farmacopea escrita china que data del siglo I d.C. Esta raíz suele crecer a la sombra del pino coreano y para aprovechar sus propiedades al cien por cien habría que esperar a que madure unos 50 años.
Los buscadores de ginseng suelen trabajar en verano porque es la mejor manera de detectar la planta por sus semillas de un color rojo brillante. Encontrar una planta de ginseng no es tarea sencilla, por lo que se han generado numerosas leyendas alrededor de esta actividad: buscadores que desaparecen, animales salvajes que protegen la planta, etc.
La manera de extraerlo está también rodeada por el misterio. Entre otras cosas, se clava una estaca junto a la planta para evitar que el espíritu o la esencia del ginseng huya. La planta no sólo se valora por el peso, sino también por el parecido con la figura humana que tenga la raíz. Una planta silvestre de Gingseng se puede vender por hasta 1.000 yuanes, sin embargo si crece de forma artificial su precio no es más que una pequeña parte de esa cantidad.
Para comprobar sus propiedades, nada como hacer un viaje hasta esta cadena montañosa situada en la frontera entre China y Corea del Norte. Además de comprobar los saludables efectos de esta mítica planta, podremos disfrutar de un lugar con un encanto especial, en el que la naturaleza vive en armonía con el hombre. En sus bosques viven osos e incluso tigres siberianos y es un lugar muy apreciado por los amantes de las aves, ya que su biodiversidad es legendaria.