CineAsia nos trae ‘Shaolin’

10/11/2011

Aรฑo: 2011. Paรญs: Hong Kong – China. Director: Benny Chan. Duraciรณn: 131 minutos. Gรฉnero: artes marciales. Interpretes: Andy Lau, Nicholas Tse, Jackie Chan, Fan Bingbing y Jacky Wu.

 

 

Olvidaos de la trilogรญa de Shaolin Temple protagonizada por Jet li y sus mรบltiples subproductos, falsas continuaciones y sucedรกneos varios, pues esta nueva representaciรณn fรญlmica entorno a las enseรฑanzas y hรกbitos de los monjes del templo budista mรกs popular de la China, ha sido dirigida por uno de los mejores especialistas en cine de acciรณn contemporรกneo que la mรกquina de sueรฑos de la ex-colonia britรกnica tiene hoy en dรญa entre sus afiliados: Benny Chan, un amante del blockbuster de consumo ocioso que en sรญ mismo podrรญa aglutinar el dinamismo talentoso de Michael Bay y la visiรณn corporativa de Jerry Bruckheimer. Pero Chan no disponรญa del presupuesto que estos dos mandamases de Hollywood consiguen en un abrir y cerrar de ojos, por lo que se tuvieron que buscarย  inversores chinos con el fin de conseguir los 29 millones de dรณlares presupuestados inicialmente (formando un rรฉgimen de co-producciรณn establecido desde hace un lustro con la Maindland): Emperor Motion Picture, China Film Group, los Huayi Brothers (los de Detective Dee de Tsui Hark) y hasta el propio departamento cultural del Sagrado Templo de Shaolin contribuyeron a la causa; pusieron toda la carne en el asador para poder conseguir el capital suficiente para poner en marcha la compleja logรญstica que implicaba un ambicioso filme de estas caracterรญsticas.

Y es que con respecto al reparto tampoco quisieron quedarse cortos: Andy Lau, Nicholas Tse, Jackie Chan (en un rol muy secundario, de cocinero marcial), Fan Bingbing (modelo de la marca Renault) y Jacky Wu (actor marcial algo infravalorado, visto en Legendary Assassin o la reivindicable y defenestrada al pozo del olvido Fatal Contact). Todo un elenco de estrellitas algo veteranas participan en este impactante filme de artes marciales puro y duro, en el que destaca por encima de todo las impresionantes labores de recreaciรณn del templo original.

Pero, ยฟquรฉ puede ofrecernos esta enรฉsima reconstrucciรณn de las tortuosas sesiones de entrenamiento de los monjes que no hayamos visto con anterioridad en los รบltimos 30 aรฑos? ยฟMรกs demostraciones de wu shu y kung fu rodadas en planos estรกticos mientras intentamos diferenciar a los personajes centrales que, por culpa de los mismos peinados, se parecen unos a los otros? ยฟAcaso un biopic realista de las sabidurรญas marciales que se practican en las distintas instalaciones de este consagrado templo, que en el aรฑo 2010 fue consideradoย  Patrimonio de la Humanidad?

La respuesta la encontrarรฉis en las dos horas y pico que ha necesitado Benny Chan para mostrar un poco la trayectoria del templo desde que se consolidรณ como respetado centro marcial, aunque ya avanzamos que no se trata de un filme convencional de artes marciales, pues para aportar algo de novedad al conjunto, ha introducido algunos elementos histรณricos externos (poco familiares para los espectadores de ultramar) y reforzar asรญ una trama que se focaliza principalmente en ese perรญodo de entreguerras en las que se disputaban ciudades a blandazos y se unificaban territorios a golpe de bayoneta.

Unos acontecimientos histรณricos que se dan por entendidos y que para el pรบblico forรกneo pueden resultar complicados de relacionar (razรณn de mรกs para aventurarnos a leer novela histรณrica china traducida al espaรฑol, que de tรญtulos abundan).

 

 

En todo caso, Chan se sirve de la historia milenaria de su paรญs para ofrecer un thriller marcial que arranca cuando el general Hou Jie (Andy Lau desbocado) invade las instalaciones del templo mientras persigue a un enemigo del que no se apiada ni delante de los monjes.

Su despotismo no tiene freno ni con los suyos, y al surgir discrepancias con su hermano (ยฟpor quรฉ va tan de cool Nicholas Tse?) por la manera de comerciar con los bรกrbaros extranjeros que empiezan a poner los pies en los territorios interiores de la China profunda, abre un conflicto familiar que termina con la conspiraciรณn de su hermano contra รฉl, el asesinato de su hija pequeรฑa y el exilio y posterior confinamiento obligado al templo Shaolin.

Allรญ, y como un protegido mรกs, decide dar un tumbo a su vida, poniรฉndose al servicio de un rรญgido instructor marcial (inmenso Jacky Wu) para intentar encontrar una vรญa de escape a su resentimiento. Pero pronto su hermano de guerras hallarรก su paradero, iniciando junto con los invasores extranjeros una guerra para conquistar toda la zona anexada a Shaolin. Armas de fuego contra sabidurรญa y fe budista. Varios serรกn los combates รฉpicos que culminarรกn en un choque de fuerzas desestabilizadoras del ying y el yang.

Un gran evento para visionar en pantalla grande, esto empieza a quedar evidenciado. Y lo es porque detrรกs de las cรกmaras hay un gran hombre que sabe lo que quieren los productores y lo que les puede ofrecer. Dicho en otras palabras, Chan siempre utiliza la misma narraciรณn porque desde el primer dรญa en que tomรณ una cรกmara y afrontรณ รฉl solito una producciรณn a sus espaldas le ha funcionado (consideremos como tal la imprescindible A Moment of Romance). Esto se resume en: una prolongada introducciรณn en la que, ademรกs de presentar a los personajes centrales, ya los utiliza para situarlos en algรบn meollo con el que sorprender el espectador (arranque en mitad de un conflicto bรฉlico, presentaciรณn de los poderes fรกcticos que dominan al pueblo y primeras reyertas entre compaรฑeros de guerras); un consistente nudo en el que plantea varios caminos o soluciones a los conflictos que estamos presenciando (indicio de conspiraciรณn, despojamiento de todos los bienes del general, huida al templo y redenciรณn); y finalmente dos clรญmax finales (en este caso asalto nocturno y secuestro del respetado maestro unido a su rescate en la inmediata secuencia posterior y batalla final).

Una fรณrmula apreciable en otros filmes de su autor (sรญ, digรกmoslo ya, aunque no ruede largometrajes ascรฉticos en los que no sucede nada, es un autor porque ha firmado siete libretos), como la adrenalรญnica Invisible Target (2007).Hay muchas escenas y secuencias que por sรญ solas pagan, y que unidas conforman esta epopeya marcial en mayรบsculas. Y es que contiene momentos impagables, por ejemplo, cuando el personaje que interpreta Andy Lau acepta que lo ha perdido todo y, para no renunciar a su dignidad, decide afrontar la redenciรณn rapรกndose al cero e ingresando a las รณrdenes de los Shaolines.

Tal vez รฉste sea el momento clave del filme, el momento que cierra la primera parte: se abandona la parte mรกs bรฉlica para centrarse a destilar de forma ligera la filosofรญa que aguarda en los confines del templo. Pero tambiรฉn hay otros momentos de pura acciรณn que merecen ser destacados, como la huida nocturna en carro por unas montaรฑas rocosas (y de la que no podemos desvelar nada mรกs) o la traiciรณn cruzada en la cena donde se forja el conflicto entre los tres grandes soberanos de la regiรณn. E incluso podemos mencionar algรบn que otro plano concreto cรณmico como el que protagoniza un Jackie Chan cocinero y en el que usando sus habilidades โ€˜culinariasโ€™ inserta a un enemigo en un gran wok. Y todo esto no serรญa posible si entre bambalinas Benny Chan no hubiera contado con un increรญble equipo artรญstico: entre los pesos pesados, Alan Yuen (uno de sus guionistas con los que colabora asiduamente y encargado de la puesta en escena), el respetado Corey Yuen (en tareas de coordinaciรณn de los stunts) y Anthony Pun (encargado de la fotografรญa, como en otros filmes de Chan).

 

 

En definitiva, que si el aรฑo pasado Teddy Chan nos sorprendรญa con Bodyguards and Assassins por su elaboradรญsima reconstrucciรณn de los conflictos que asolaron el Hong Kong de principio del siglo XX, parece que ahora Shaolin toma el relevo del blockbuster perfeccionista para rescatar el templo mรกs famoso de China, magnificรกndolo si cabe aรบn mรกs en una superproducciรณn Mainland que contentarรก a los seguidores del gรฉnero y a los que hasta ahora han dado la espalda a una de las cinematografรญas mรกs importantes del mundo.

LO MEJOR: Atrezzo, las piruetas marciales y la secuencia situada en el segundo clรญmax final justo al momento que empieza a desmoronarse parte del templo.

LO PEOR: La banda sonora de Nicolas Errera, repleta de clichรฉs y sonoridades recicladas de otros soundtracks, no reafirman la acciรณn en su justa medida.

Por nuestro colaborador Eduard Terrades Vicens

 

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