Paรญs: Japรณn. Aรฑo: 2011 Director: Hirokazu Kore-eda. Con: Maeda Maeda, Koki Maeda, Nene Otsuka y Jo Odagiri. Gรฉnero: Drama. Duraciรณn: 128 min. La buena costumbre de distribuidores y exhibidores de hacernos llegar la obra de Hirokazu Kore-eda (sus cinco รบltimos largometrajes de ficciรณn se han estrenado en Espaรฑa) estรก permitiendo que descubramos a un autor inquieto, que trabaja de modo distinto en cada nuevo proyecto: naturalista para un film social como Nadie Sabe, en clave de comedia al contar una historia de samurรกis en Hana, en estilo clรกsico para el retrato familiar de Still Walking/Caminando o poรฉtico para la fantasรญa de Air Doll. Con Kiseki (Milagro) el cineasta nipรณn vuelve en parte a la senda de Nadie Sabe, empleando a niรฑos como protagonistas y construyendo con ellos y sobre la marcha las diferentes escenas, en lo que Kore-eda ha denominado un ยซproceso interactivoยป. Sin embargo, los temas y el tono son otros. En Kiseki se nos cuenta la aventura de dos hermanos distanciados a causa de la separaciรณn de los padres; su mayor deseo es el de volver a vivir juntos, y para conseguirlo no dudan en embarcarse en una temeraria aventura, consistente en ir al encuentro del lugar en que dos lรญneas del tren de alta velocidad se cruzan, pues les han dicho que la energรญa liberada por el efecto de la velocidad tiene la propiedad mรกgica de hacer que los sueรฑos se cumplan; en el viaje les acompaรฑarรกn varios compaรฑeros y amigos, cada uno con su propio deseo.
A pesar de su apariencia de cine familiar demasiadas cosas en el film se desmarcan de este gรฉnero, al menos en su (banal) formulaciรณn โdisneyanaโ. La cinta es amable, no hay duda, pero sรณlo tanto como puede serlo hablando de familias desestructuradas y sueรฑos frustrados. Ademรกs, una voluntad realista domina las imรกgenes, la cual se sustancia, en primer lugar, en el semidocumentalismo estilรญstico propio del cineasta (extraordinarias, por cierto, las interpretaciones que Kore-eda extrae de los niรฑos protagonistas, llenas de veracidad), asรญ como en una historia que esquiva el idealismo mรกs ramplรณn (la aventura de los niรฑos acaba por tener un carรกcter mรกs cotidiano que extraordinario, mientras que el apunte de optimismo final no es mรกs que eso, y parece legรญtimo).
La cinta tambiรฉn se aleja del relato convencional a travรฉs de la desdramatizaciรณn, que otorga a la dimensiรณn narrativa un papel secundario: la odisea infantil se retarda, dando tiempo a la composiciรณn de un retrato de los chavales y su entorno, con lo que el interรฉs de la historia se localiza fuera de la acciรณn propiamente dicha. Cuidado, no es que se trate de una frรญa y calculada obra minimalista; al contrario, la pelรญcula destaca por su gran emotividad (que no sentimentalismo), respaldada por una sencillez formal que la acerca a la experiencia del espectador. Divertida, inteligente, delicada, palpitante y conmovedora, esta joya que es Kiseki es un producto para todos los pรบblicos, en el mejor sentido del concepto. Lo mejor: Que los niรฑos no actรบan, viven. Lo peor: No dirรญa que tenga algo malo.
Por nuestro colaborador Jordi Codรณ (CineAsia)