Cine Asia nos lleva hasta la antigua China con ‘Confucio’

30/06/2011

CONFUCIO Aรฑo: 2010. Paรญs: China. Director: Hu Mei. Duraciรณn: 125 minutos. Gรฉnero: Drama biogrรกfico de รฉpoca. Protagonistas: Chow Yun-Fat, Zhou Xun, Lu Yi.

El estreno en nuestras salas de Confucio parece razonable y a la vez es sorprendente. Por un lado es el perfecto producto orientalista, pues su ambientaciรณn de รฉpoca evoca exotismo, y narra, en forma de drama, la vida de una figura no conocida pero sรญ reconocible de la filosofรญa oriental (tan en boga en Occidente desde hace un tiempo); estรก ademรกs protagonizada por una estrella internacional como es Chow Yun-Fat, y su nivel tรฉcnico es alto, ademรกs de ajustar-se formalmente a las convenciones del mainstream internacional.

 

 

Sin embargo, algunos de estos atributos podrรญan girarse tambiรฉn en su contra. Para empezar, Chow no estรก en su salsa, y el potencial pรบblico del film (muy distinto al de sus habituales heroic bloodsheds) puede que no le reconozca. Tambiรฉn hay que decir que a pesar de su potencial atractivo para las audiencias internacionales, el tratamiento del tema parece orientado al consumo interno, pues muchas de las cuestiones que rodean al pensamiento del personaje parecen darse por sentadas. Por otro lado, resulta paradรณjico que un film diseรฑado para ser un blockbuster deba ocupar un espacio tan marginal en nuestra oferta cinematogrรกfica.

En su paรญs de origen, la pelรญcula parecรญa tener el รฉxito asegurado, tanto por el nivel de la producciรณn exhibido como por venir apadrinada por el propio gobierno chino, quien le allanรณ el terreno al retirar (por decreto) las copias de Avatar de James Cameron de todas las salas excepto las de 3D, y facilitar asรญ la distribuciรณn del film dirigido por Hu Mei. Poco despuรฉs, y a la vista de la floja asistencia a las salas donde se proyectaba Confucio, se permitiรณ a Avatar regresar a algunos locales.

Desde su misma concepciรณn, el film se habรญa visto enredado en polรฉmicas: habรญa quien criticaba la elecciรณn de Chow Yun-Fat, un โ€˜hombre de acciรณnโ€™ y hongkonรฉs de habla cantonesa, para el papel del venerable maestro en una cinta rodada en mandarรญn; otros se escandalizaron al ver en un trรกiler escenas en las que Confucio empleaba las artes marciales o se veรญa envuelto en un romance con una concubina. Finalmente, buena parte de los elementos de la discordia fueron eliminados (fuera las peleas y la love story), una decisiรณn polรญtica detrรกs de la cual se intuye la mano de un gobierno poco amante de la controversia. Aรบn asรญ, Confucio sigue ofreciendo una imagen sorprendente de este famoso (aunque, insisto, poco conocido) filรณsofo chino.

 

 

Lo cierto es que se sabe poco de su vida, y que muy pronto se mitificรณ y se instrumentalizรณ polรญticamente su figura. Kong Qiu (tambiรฉn conocido como el Maestro Kong, en chino Kong zi) naciรณ en el siglo VI aC y era el hijo de una familia noble empobrecida. La carrera polรญtica a la cual aspiraba fue un fracaso, de manera que optรณ por viajar a travรฉs de los diferentes territorios chinos y visitar a los prรญncipes feudales para ofrecerles sus doctrinas polรญticas, sin demasiado รฉxito. Destacรณ en cambio como pedagogo (en su voluntad de formar a hombres de bien), consiguiendo reunir a su alrededor a un numeroso grupo de discรญpulos, algunos de los cuales le acompaรฑaban en sus itinerarios.

Confucio predicaba el seguimiento de las costumbres antiguas, a las cuales veรญa como protectoras de la harmonรญa social, y a cuyo olvido achacaba la belicosa situaciรณn que le habรญa tocado vivir. Su prรฉdica no estรก explorada en este film, que prefiere centrarse, primero, en su acciรณn polรญtica (describiรฉndole, en contra de los textos histรณricos, como un gran e influyente estadista), y despuรฉs, en la penosa peregrinaciรณn lejos de su hogar que casi le cuesta la vida.

 

 

Para los cuatro autores del libreto, Confucio era un santo barรณn poseedor de todas las virtudes, capaz de sacrificarse abandonando a su familia en bรบsqueda de un bien comรบn (nacional) mรกs alto. Centrada, pues, en el mito y definitivamente alejada de la realidad, la pelรญcula viaja a la contra del revisionismo histรณrico posmoderno, debido sin duda a su adscripciรณn al discurso oficial del rรฉgimen, con sus constantes referencias a la unidad cultural y polรญtica.

Los breves textos que con puntualidad nos informan de la identidad de algunos de los personajes (se entiende que reales) que van apareciendo, asรญ como de fechas y lugares seรฑalados, pretenden incorporar un rigor que no es otra cosa que una mรกscara para camuflar la falsedad de lo verdaderamente significativo.

La รฉpica de la narraciรณn se traslada tambiรฉn a las imรกgenes, tan grandilocuentes como un diseรฑo de producciรณn millonario (que no escatima ni en decorados ni en efectos digitales para las grandes batallas y algunos paisajes), unos pesados movimientos de cรกmara y una insistente mรบsica enfรกtica (a lo El Seรฑor de los Anillos) lo permiten.

Menos heroica es su duraciรณn (unas estรกndar dos horas), por desgracia, ya que en el tintero quedan interesantes subtramas (referentes a los discรญpulos y a las cortes de los reinos), que habrรญan dotado de mayor variedad a su segunda parte, asรญ como de mayor fondo cultural.

No es que Confucio sea una mala pelรญcula, ni mucho menos; el problema es que nos quiere vender la moto, y no cuela. Quien no se preocupe por eso, disfrutarรก de lo que no deja de ser una rara avis, un melodrama de รฉpoca chino en que los personajes no vuelan.

Jordi Codรณ.

 

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